El Te Kukicha Mitoku, de Japón y biológico, ayuda en la digestión, es un poderoso antioxidante y, por su nivel bajo de teína, un perfecto refresco natural.
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El Te Kukicha Mitoku es un té de ramitas tostadas, originario de Japón y procedente de cultivo biológico. Es conocido por su sabor ligero y un aroma fresco con toques de ahumado, gusto equilibrado y un color muy claro amarillo-verdoso. Es perfecto para mezclar con cualquier otro te negro, verde u oolong, obteniendo mezclas muy interesantes y sabrosas.
El Te Kukicha Mitoku es rico en taninos naturales que ayudan en la digestión y neutralizan los ácidos alcalinos presentes en los alimentos que consumimos. Por este motivo, es ideal para tomar después de cualquier comida. Además, es un poderoso antioxidante y, debido a sus niveles particularmente bajos de teína, es un perfecto refresco natural mezclado con zumo de manzana a partes iguales.
Conocido como “té de tallo”, “té de ramitas”, “de las espadas” o “de los tres años”, el te Kukicha es el que tiene el menor contenido en teína de todos los tés tradicionales, ya que está hecho con las ramitas de los tallos de las plantas de té. Es un té procesado de manera tradicional, sin ningún tipo de aditivo ni añadidos durante el procesado.
Está elaborado con cuatro recortes diferentes del arbusto de té. El primer recorte es de plantas de tres años de edad y medio silvestres, de las cuales las ramitas de la parte baja del arbusto son recortados en el otoño. El recorte del segundo consiste en ramitas gruesas, que se recortan cada 10 años, generalmente en pleno invierno, porque el nivel de cafeína es más bajo. El tercero y los siguientes, se hacen todos los años en marzo y junio, consiste en ramitas pequeñas y finas, y hojas secas y maduran de colores pardos y marrones.
Después de cosechar las ramitas se cuecen al vapor para reblandecerlas, y luego se dejan secar al sol. Cuando el sol ha secado las ramitas, se colocan en sacos de papel de estraza y se almacenan entre 2 y 3 años para desarrollar completamente el sabor. Después de este proceso de envejecimiento, las ramitas se asan por separado, según su calibre. Este paciente y ceremonioso asado desarrolla lentamente el sabor y el aroma ahumado tan distintivo del te Kukicha.